Un blog con mensajes, lleno de esperanza, luz y amor, recibidos desde de la Fuente Universal del Espíritu Crístico.

El primer mensajes es de 1991. Los siguientes sólo datan desde 2004. La razón es que el primero figuraba como una clase de introducción de programa. Ha sido necesario varios años para venir a la altura de lo que se proyectaba. Sólo recientemente que había pasado a ser claramente que los mensajes no han podido ver el día que a medida que su contenido respondiera a una conciencia más despertada en uno vivido real.


Así estos mensajes no son el fruto de una canalización clásica por un médium. No hay pues un interviniente entre el que habla, el Espíritu Crístico o Dios, el Anciano de los Días, y el propio autor. Se trata pues de una inspiración directa por una conexión íntima con la fuente de nosotros todos: el Alma Universal. La traducción exacta de la información recibida depende pues de la exactitud de la conexión de su autor y la manera más o menos justa que los tradujo en una lengua, esperan, comprensible.

La idea volvió de reunir estos mensajes en un libro. El inconveniente es el precio debido a las imágenes en colores. Finalmente, Internet parecía lo mas indicado para que estos mensajes sean accesibles a todos. Además, nos parece que concretamos pensamientos que vienen de la Fuente que nos pertenece a todos.
Además, vía un blog hay la facilidad de crear una comunicación interactiva. He aquí la razón de este de blog.

lunes, 23 de enero de 2012

Mensaje del 12 de mayo de 1991

Fiesta de Juana de Arco
Con su coraje, audacia y su perseverancia.
En el despertar de la consciencia espiritual del hombre a escala planetaria, hay una llamada a nuestra responsabilidad, para su armoniosa integración. Que su percepción se vuelva más inteligente, su comprensión más clara, lógica y transparente. Que la fuerza del amor fraterno, fuerza central de este sueño, sea comprendida. 
La fusión de la ascensión de nuestros cuerpos materiales con el descenso de Nuestro Espíritu en la unidad de nuestra alma es un trabajo alquímico supremo. Se realiza progresivamente como la misma creación que es el soplo eterno de la expresión divina. Esta fusión contiene una espiritualización del mundo material y una materialización del mundo espiritual en una unidad. Demanda una rectificación permanente de nuestro comportamiento y de nuestras ideas a través de las contínuas revelaciones de nuevos horizontes de comprensión de la fuerza unificadora del amor. 
Esta fuerza unificadora se expresa a través de un arco iris de maniefestaciones y esencias. He ahí, la dificultad de discernir los innumerables niveles de la creación, las 7 veces 7 que se diversifican hasta el infinito guardando al mismo tiempo esta esencia fundamental, inteligente y unificadora que es el amor eterno, creativo y divino. 
En la aurora del tiempo acuario-libra, lo extendido de los cambios nos llama a reflexionar. Esta llamada viene de la fuerza del Cristo en nosotros. El Cristo en nosotros es el punto de amor en nuestra alma en el que estamos en el corazón de Dios  a quien decimos Padre Nuestro. Este punto de amor está actualmente despierto por nuestra creciente comprensión del estado de hermano y hermana de cada hombre, cada uno hijo o hija del mismo Dios. Esta comprensión nace sin hacer distinción de poder, de expresión de vida, de lengua, de color o de forma de relacionarse, expresado en una religión, en la misma y única fuente de la creación, Dios, Nuestro Padre. Todos y todo llevan su presencia, su fuerza de vida, eternamente creativa como un germen de amor, una célula o un punto en el corazón o en el núcleo. Mediante la comprensión podemos crear el campo de equilibrio para desarrollar este grano hacia la belleza de su floración, la floración de la flor del amor universal. 
Hace poco más de mil novecientos años que recibimos el mensaje de amor. Ha sido sembrado en el corazón de nuestros hermanos y hermanas, los matorrales más ardientes de la época, que a su vez, han expandido su fuego luminoso por todas partes el corazón de Cristo, la humanidad. A través de múltiples conflictos, errores y sufrimientos, y también a través de las grandes y pequeñas alegrías de la vida, desde entonces el hombre ha progresado en el amor como un niño. El niño divino ha ido tomando conciencia de si mismo y también del otro. Como el adolescente actual ahora está perturbado por la dualidad de la vida, la dualidad entre espíritu y materia, entre aspiración y expresión. Está desgarrado por un mundo que todavía no comprende el trabajo de fusión que es propio del amor. Se siente sofocado por un mundo cegado por la oposición de los intereses materiales de derecha y de izquierda y de las ideas fijadas y dominantes de todo tipo.
Nosotros somos este adolescente, que se despierta a nivel de la fraternidad y solidaridad humanas, que debe revisar su comportamiento infantil, inconsciente por una parte, consecuentemente irresponsable, empujado por ideas polarizadas hacia extremos demasiado categóricos o demasiado idealizados a la vez que demasiado avanzadas, complicadas y demasiado poco accesibles y matizadas. Como adolescente reencuentra el valor de ciertas ideas de la infancia, y debemos retomar ideas y conceptos perdidos en los archivos de la historia.
La época de Jesús, predecesor del Cristo en el hombre, nos aparece actualmente como una historia lejana que recordamos mal. Cuanto más avanza el tiempo tenemos una tendencia mayor a cuestionarlo, a estar turbados. El tiempo pasado nos permite también tomar la distancia necesaria para una comprensión más exacta, justa y matizada. La verdad histórica de varios hechos ha sido escondida o incluso borrada por diversas razones. Varios hechos fueron estimados como retrasadores de la evolución armoniosa del hombre, niño divino. Tal y como los padres velan ciertas cosas a los hijos, equivocados o con razón, también los maestros religiosos y espirituales han velado o incluso prohibido, hechos y conceptos difícilmente comprensibles en su justo contexto. De esta manera el trabajo del sueño ha hecho su camino. Puesto que además el hombre no podía comprender todavía, en los tiempos del demonio,  « Mi reino no es de este mundo », el ideal del sueño se ha acentuado imaginando un paraiso celeste allí en el cielo. Pero el séptimo y último cielo puedee estar profundamente ligado al primero. ¿Acaso la tierra no tiene un lugar en el cielo ?
Puede ser que la vocación de la tierra y de la humanidad sea el convertirse en el lugar y el órgano de reencuentro privilegiado de todos los mundos espirituales y materiales. ¿Acaso la vida terrestre no es la expresión de estos reencuentros a través de los puntos de comprensión y de consciencia y de su fusión en nuestra alma ? Si este reino de nuestras almas puede relacionarnos mediante la comprensión y la consciencia con todos los niveles de la creación, es por lo tanto la expresión del Reino de la unidad de Dios en su corazón, el núcleo de cambios que es la tierra.
La fusión con este Reino Universal nos permitirá comprender el lugar dinámico, único y sagrado de nuestro planeta y nuestras almas encarnadas. Sus encarnaciones sucesivas permiten la fusión progresiva y consciente con todos los aspectos de la creación que nos son ofrecidos a través del vehículo planetario y su relación con el sistema solar y galáctico. Es nuestra escuela de la creatividad y de la vida eterna de amor que al mismo tiempo se puede convertir en la Casa Sagrada de Dios, la Casa de la Alegría de Su Vida. Esto constituye la clave del sendero de cada Hijo de Dios, de cada hombre, Hijo Único, Hermano Único.
Si el mensaje de amor nos ha conducido más cerca de la perfección teórica de Dios, su fin práctco ha sido bien recibido. Se ha realizado un gran progreso en el plano de la vida humanitaria. El trabajo equilibrante del amor ha conducido a una gran parte de la humanidad a la reflexión mental. El hombre ha aumentado y generalizado su poder mental. Reflexiona más que antes sobre el equilibrio a través de los problemas que se encuentra. Se siente cada vez más concernido en todas la áreas de la vida y comienza a adaptar su responsabilidad. Más que nunca busca un nuevo equilibrio, un nuevo lugar en el reino humano que comienza a ver como una unidad : la humanidad fraterna. Sin embargo nos falta la síntesis de las lecciones de la vida a su través que, por su consciencia, son las más sabias y responsables. Nos es necesaria la sabiduría del amor en todos las áreas de la vida.
Hemos constatado que a pesar de nuestras imperfecciones y defectos de nuestros talentos nos hemos convertido en adolescentes divinos. Hemos llegado a la puerta, sobre el umbral de un  nuevo paraíso : el reino de la consciencia de nuestras almas. A este reino estamos llamados, todas las almas de la humanidad, no importa su evolución, el lugar o los talentos que cada uno ha recibido u obtenido. La elección sólamente depende de la consciencia fundamental de la unidad de nuestras vidas. La consciencia es la expresión de que nosotros somos partes inteligentes y responsables en el cuerpo universal de Dios a nivel de su corazón.  La humanidad y toda la vida planetaria y cósmica se adherirían progresivamente. Según esta consciencia somos responsables de nuestras posibilidades y de las consecuencias de actuar y comprender por nosotros mismos al igual que por nuestros herman@s humanos por el intercambio de nuestros talentos, constituyendo de esta manera en la complementaridad las células vitales e indispensables de la humanidad : el cuerpo de Cristo, el corazón de Dios, órgano central de fusión y reencuentro.
Como germen de amor en el corazón crístico de Dios nos es necesaria una justa comprensión de lo que llamamos la reencarnación del alma. En occidente hasta nuestros días, prácticamente no se ha puesto ni la atención, ni la memoria sobre la vida del alma. La noción de reencarnación está profundamente  ligada a la noción de  unidad y su continuidad cíclica mediante cambios progresivos en la creación, a la noción de la resurrección mediante la consciencia y a la noción de justicia según nuestra responsabilidad y sobre todo a la noción de fraternidad y solidaridad.
Como todo es unidad, todo es cambio contínuo. Cada cambio pasa por el equilibrio de la fusión y crea un nivel superior. Es lo que ocurre en cada agujero negro de nuestro cuerpo al igual que en el centro, el hara de nuestra galaxia. El encadenamiento de estos niveles forma la unidad de la vida divina y universal, la escalera de la creación, simbolizada por la escalera de Jacob. Por, en y con nuestras almas el cuerpo crístico de Dios se transforma a través de encarnaciones sucesivas de las mismas esencias sobre un plano de consciencia manifestada hacia una vida cada vez más comprendida como expresión de su perfección. 
La creación progresa como el ciclo de la respiración. El reposo después de la espiración es como la abstracción de la vida terrestre concreta y corresponde a la desnudez del invierno. Es el periodo del resurgimiento de nuestras almas en planos más o menos elevados según nuestra evolución. Este reposo después de la espiración es seguido necesariamente por la inspiración de la primavera. La corriente revitalizadora, almacenada durante el reposo, llega a un punto de tensión tal que estalla y da el nacimiento de una nueva vida, llena de esperanza y de nuevas posibilidades de evolución que se realizan con la respiración abundante del verano. Permite a su vez la recolección de nuevas adquisiciones o frutos en la espiración del otoño. En el último soplo del otoño, se recoge la experiencia del ciclo cumplido, retirada y atraida al plano espiritual correspondiente. El fruto del ciclo cumplido se convierte en el punto de salida, la causa principal para los hechos del próximo ciclo.
La comprensión de este movimiento eterno, progresivo y cíclico, atrayendo y expresando siempre una mayor consciencia de la creación, nos conduce cada vez a la encarnación en el mundo apropiado para la fusión del espíritu de la materia cósmica en nuestras almas. La muerte y el nacimiento son el flujo y reflujo de esta polaridad, la desencarnación y la reencarnación de nuestras almas sobre las olas cíclicas del mar cósmico eternamente creativo. Cada nacimiento se convierte entonces en una nueva posibilidad de hacerse consciente, de acercarse a la resurrección eterna de nuestra alma mediante el descubrimiento consciente de sí-mismo siempre en planos cada vez más elevados y universales. Cada muerte se convierte inmediatamente en una transición, una liberación eterna hacia planos esenciales o espirituales de síntesis. Una vez consumada la síntesis de esta liberación, nuestra alma es empujada a su expresión a través de la encarnación con las experiencias apropiadas. 
La iniciación del rechazo o el respeto de las leyes universales de la creación o la voluntad de Dios está ligada al poder de síntesis del alma y el movimiento cíclico de su vida creativa. La síntesis consciente en sí misma de la vida del alma y el reparto de su energía creativa conducente al nacimiento en libertad, forma el fundamento de la tres iniciaciones superiores en una vida siempre más libre, llena de amor y eternamente consciente. Esto forma parte de los senderos superiores de nuestras  almas y de los niveles cósmicos universales y divinos de su consciencia. 
La polarización y la idealización de la vida espiritual están ligadas a toda religión y a toda persona que, por su vida, encarna un aspecto ideal divino perteneciente según nuestra comprensión al mundo de la perfección y de la abstracción teórica. Así nuestras aspiraciones, nuestros sueños de un mundo ideal siempre nos alejan de su realidad esencial. Nos hacen desviar fuera de las tensiones cíclicas. Por lo tanto, la creación es respiración cíclica, fusión y difusión por y en la comprensión de su equilibrio progresivo de su amor universal. Es necesario el eterno coraje  y la modestia contínua para fusionarse con esta fuerza divina.
Aquello que hemos recibido en nuestro nacimiento y aquello que hemos sembrado durante la juventud de nuestra alma como encarnación humana, el niño divino, lo vemos hoy crecido en nuestra vida de adolescente. El despertar consciente de la vida de nuestra alma más allá de los límites de una vida física única constituye nuestro renacimiento fuera de las tinieblas de nuestro pasado en puertas de la luz de la consciencia del adulto en el futuro. Este despertar forma parte de la comprensión de nuestro lugar divino en el cuerpo de Dios y su vida eterna  y progresiva. Este despertar significa la experiencia de la resurrección del Cristo en nosotros. Esta consciencia está indeleblemente unida a la vida progresiva del alma, cada vez más rica a través de los ciclos de encarnación de las mismas entidades espirituales en la materia. Así mismo está indeleblemente unida a la ley universal de la eterna e inteligente continuidad de la creación.
Para tener la luz de la comprensión del mundo actual, estudiaremos la historia. En esta búsqueda la tierra desvela progresivamente, como un libro, las trazas inteligentes de su pasado, de la vida que desarrolla y así como la evolución inteligente del hombre. Esta historia es la expresión de su evolución espiritual y reenvía a la evolución inteligente de nuestras almas, su pasado, las trazas de sus encarnaciones resaltadas en justicia conforme a nuestras experiencias. La historia contiene a la vez los hechos materiales y espirituales de la humanidad. Muestra la vida material y espiritual del hombre unificada en su alma, soplo creativo y divino. La síntesis de estos dos polos históricos forma una clave para la comprensión de la vida del alma de la humanidad, de las naciones, de los grupos, de las familias y de los individuos.
La historia es la ciencia de la comprensión de la vida progresiva del alma del hombre  en su eterna fusión con los diferentes niveles de la creación, iendo del nivel más denso y planetario al nivel cósmico y niveles más inalcanzables, límpidos y universales. Las crisis del hombre marcan esta fusión justificadora, rectificadora y progresiva con el mundo de la comprensión del amor o de la sabiduría. Los valores que expresa el hombre a través de todas las áreas de su vida son proyecciones más o menos inteligentes.  El comportamiento del hombre sólo expresa el grado de su comprensión del amor divino y universal, el grado de su poder de crear perfección y equilibrio en su nivel de ser planetario. En la medida en que el poder mental y la reflexión del hombre evolucionan, éste se vuelve consciente en las expresiones de su vida  y se da cuenta de su responsabilidad en la expresión del amor. Toma consciencia de que cada desequilibrio que provoca tanto para bien como para mal tendrá consecuencias que recaerán sobre sí mismo. Finalmente se da cuenta de que cada equilibrio es perfecto relativamente y momentáneamente. 
El juicio y las nociones del bien y del mal están ligados a la comprensión de los aspectos de armonía progresiva en la fusión dinámica del amor creativo y divino. El hombre comienza a comprender que este amor está escalonado desde el nivel individual, personal o restrictivo hasta el nivel de la humanidad, ya sea comunitaria o planetaria e incluso más allá. Comienza a comprender que su vida es la expresión de la ascensión de su alma sobre esta escala de unidad en la diversidad. De esta manera el hombre expresa con fuerza y más abiertamente su verdadera identidad como un ser de amor, prueba viviente y consciente de la creación divina.
Como célula del corazón divino, el hombre expresa en la historia su lugar en la confrontación entre espíritu y materia. Este lugar se expresa inteligentemente a través de los nombres que lleva, su descendencia, su pertenencia a grupos, su nación y su continente, finalmente a través de todas las expresiones de su vida. La vida de nuestras almas sigue un diseño inteligente que, por razones evolutivas, permanece velado. Este diseño es inteligentemente comprensible, incluso determinable científicamente y demostrable cuando la ciencia vuelva al lugar de la unidad y del equilibrio entre espíritu y materia.
Como todo está unido, unidad y religión (o sagrado), es mediante la vía de síntesis, la comprensión inteligente de nuestra alma, de su vibración musical, de su expresión en sus nombres, sus relaciones, sus actividades por el conócete a tí mismo, el gnoti saltarín de Sócrates, como el hombre encontrará las claves de la vida de su alma y las huellas y ciclos de sus reencarnaciones. El hombre encontrará las claves que constituyen el libro de la vida de las almas cuyo árbol evolutivo, el árbol de la vida, tiene sus raíces que se remontan a Aquel a Quien se llama el Anciano de los Días, Adán. Este libro de la vida no será uno normal cuyo destino es ser publicado. Para la mayor parte de los hombres estos datos sobrepasan su capacidad de comprensión individual y por lo tanto la educación de su comportamiento. Por lo tanto, ya hay varios aspectos que han sido desvelados a ciertas personas.
Tal y como los árboles más grandes toman más aire, y se hacen oir más, el libro de la vida contendrá como puntos de referencia las indicaciones más avanzadas sobre la vida de las almas, las más nombradas o las más señaladas. Contendrá elementos individualizados, las claves del enigma sagrado de los poderes en el mundo y podrá y será completado sin cesar. Será corregido y más exactamente, con su elaboración en el tiempo,  mediante el trabajo fraterno y colegiado de aquellos llamados para este fin. Las grandes líneas de este libro, las grandes líneas del libro de la vida de las almas, ejemplos y conclusiones vitales, solicitarán por lo tanto de su publicación y explicación, puesto que alcanzan a la expansión de la vida de todas las almas y de la constitución de la fraternidad humana.
A través de ejemplos se nos mostrará que todos somos hermanos. Cuál sería nuestra actitud entre nosotros si nos sabemos padres, madres, hijos, hermanos, hermanas  de la misma familia en el pasado. Cuál sería nuestra actitud si sabemos de la posibilidad de haber tenido una relación padre hijo en el pasado.
La justicia divina nos coloca de esta manera en cada encarnación conforme a la respuesta de nuestras almas a la vida del corazón de Cristo y del cuerpo divino. Recibimos lo que merecemos, comprendemos y queremos : las lecciones del paraíso, purgatorio o infierno en esta tierra que se mueve en el cielo y del que forma parte. Cómo cambiaría nuestro comportamiento mutuo, con la comprensión de esta fraternidad y solidaridad de la que somos responsables. Las diferencias de situación o de poder que alguno de nosotros pueda atribuirse serían desprovistas de sus atracciones cegadoras para fines aislados. Esto abrirá el libre intercambio de los talentos y/o poderes de cada uno. 
Cada uno de nosotros es un maestro para los demás. Y también al mismo tiempo su alumno. Por lo que el jardinero es tan importante como el agricultor, el comerciante, el científico, el presidente o el papa.
Perdonémonos pues hermanos y hermanas, mutuamente por todo aquello que nos hemos hecho los  unos a los otros. Perdonémonos nuestra incomprensión que nos ha conducido a unos o a otros a momentos de desesperación, rechazo, abuso o cualquier otra falta. Sintamos que ya ha llegado el momento en que una parte nueva del diseño de Nuestro Padre se nos revela. La madurez de una gran parte de la humanidad y el progreso individual de sus miembros ha llegado a un punto de comprensión tal que la salvación tanto individual como de la humanidad entera dependen de su sabiduría. Los ejemplos del capitalismo individualista y del comunismo totalitario son considerados como fracasos de extremismo del egoísmo individual o colectivo. La comprensión del amor y del equilibrio, aceptados en la fusión de los opuestos empuja a la humanidad entera hacia un comportamiento más sabio. De esta manera comienzan a darse las condiciones previas de una manifestación plural, consciente y viva de una edad de oro o del reino de Dios en la Tierra.
En este contexto es como sabemos y estamos informados de la inminencia del retorno de Cristo. Es la humanidad, que busca una nueva armonía para expresar una comprensión más profunda del amor-sabiduría, cuyos miembros se quieren comportar como hermanas y hermanos en Cristo, incluyendo a aquellos que todavía no son totalmente conscientes, quien atrae invitablemente la manifestación del Compañero de Servicio, cristalizado en una persona. A propósito, no diríamos que Jesús, reencarnado, se encontraría actualmente en Siria. Pero Sirio, el Gran Perro es el principio mental, de la comprensión a nivel del universo. Puede ser que se encuentre en el país donde se encarnó este principio, expresándose a nivel planetario. Puede que esté ligado al espíritu y al alma de Sirio el Grande.
Las influencias espirituales al nivel de afinidades de vibración nos pueden llevar a confusión. Unicamente la síntesis nos podrá ayudar.
Las condiciones atmosféricas y cósmicas cambian más y más. Los dolores de parto se hacen sentir  más y más en todos los niveles de la vida planetaria. Para una parte importante, aquello que sentimos como dolor, está causado por situaciones de conflicto y tensiones, por falta de comprensión y responsabilidad. Son los dolores que acompañan al infante divino mientras pasa las pruebas de su adolescencia. Estos tiempos de perturbación pueden conducirnos a muchos errores, de polarizaciones exageradas. Por lo tanto  sepamos que lo esencial de los cambios, tiende, en varios niveles, hacia la integración del mundo espiritual con el mundo material. Una actitud positiva y consciente de comprensión de este proceso facilitará su progreso de una forma más armoniosa.
Los fenómenos físicos, planetarios y cósmicos son las herramientas para ampliar nuestra comprensión, la razón de la ciencia y las llamadas a la verdadera expresión de nuestro amor fraterno, los medios de lucha para acercarnos mutuamente al corazón crístico y humanitario de Dios. Creemos pensamientos positivos y no catastrofistas. Cremos el trabajo científico de síntesis para prevenir. Las fuerzas cósmicas seguirán el grado de armonía de nuestro trabajo en común y nuestros pensamientos constructivos.
Sintamos que este nuevo tiempo está bien, la primavera de una nueva época en la que nos daremos cuenta que hemos pasado por el portal de la iniciación en la consciencia divina y crística en nosotros. Actualmente esta consciencia ya trabaja en nosotros, aun siendo más o menos conscientes. Trabaja mediante este aspecto triple y divino, integración, fusión y creación. La integración, mediante el espíritu de la comprensión y la consciencia ; la fusión, mediante la fuerza del amor universal y fraternal que armoniza y equilibra, lo que conduce a la creación de un mundo más perfecto, la realización de la voluntad divina.
Nos será preciso pues abandonar  muchas ideas fijas, viejos hábitos y comportamientos ciegos, tantas trampas y espejismos en la vía de la perfección. Será necesario renovar ideas y comportamientos habituales, fusionarlos para crear nu nuevo comportamiento, más rico armonioso y perfecto.
La meta no es una espiritualización y divinización abstracta de este mundo, ni de nuestra alma, sino su integración en una fusión creativa. Es precisamente allí donde se encuentra la puerta de nuestro poder divino, puerta que nos conduce a la unidad del poder creativo y perfecto de nuestro Padre con quien formaremos conscientemente el Gran Vehículo del universo de todo.
Somos tan obstinados y ciegos que, las religiones deben acercarse para fusionarse. Todas ellas forman diferentes aspectos que salen del mismo corazón del Padre. Todas forman las cualidades de su sangre vital, destinada a alimentar las almas del hombre, según la época de su revelación. El poder del fuego sagrado, revela progresivamente con el hinduismo, cristalizado en Krisna (Cristo naciente), expresión de la sangre noble, la sangre azul y celeste del corazón de nuestro Padre, que podrá fusionarse con el poder del agua crística sagrada, el poder de la perfección del hombre divino, revelado y cristalizado por Jesús el Cristo, expresión al mismo tiempo de la sangre vertida en la cruz, de la unión entre el Mar cósmica, universal, portadora de la luz del Espíritu de Buda de nuestro Padre y el hombre : el agua viva y la sal de la tierra, expresión divina de la creación, concentración y síntesis de las cualidades y aspectos diversos de la creación, formando la imagen de Dios : el hombre hijo del Padre.
Este fuego sagrado, esta agua sagrada, se pueden fusionar, desde este momento, en el soplo sagrado búdico de los aspectos acuario-libra. Mediante el soplo universal y espiritual de la comprensión equilibrada, el hombre puede fusionarse en la comprensión de la sabiduría, expresión y cualidad suprema de la fuerza del amor divino. Esta fusión, con su comprensión, mediante el Espíritu Santo, provocará : la unidad entre espíritu y materia ; entre cada hombre, consciente de su cualidad de soplo divino y crístico, hijo fraterno de Dios ; unidad entre los vehículos físicos que expresan esta verdad fraterna a nivel individual y su unidad con el vehículo planetario, que expresa la fraternidad de la humanidad como una unidad de conscienciacon los otros reinos de su naturaleza. De esta manera nuestro planeta ; nuestro vehículo terrestre se convertirá en nuestra tierra sagrada sobre la que todos los paises se pueden convertir en países santos conteniendo a los miembres de pueblo elegido.
Tratemos de comprender de forma adecuada la divinidad del hombre. La divinidad del hombre es innata en él por creación divina. Esta cualidad  puede ser descubierta mediante el bautismo de fuego o de la luz de nuestra comprensión y mediante el esfuerzo contínuo o sacrificio alineándonos en la expresión de nuestra vida con esta consciencia. La fuerza del amor es la que nos ayuda a comprender esta luz divina de la que Jesús, joya del corazón crístico de la humanidad, corazón de Dios, fue el profeta, testigo, sacerdote y prestó su alma como precursor. Reuniendo esta fuerza del corazón en Él, expresó la cristalización de la fuerza del amor unificador del corazón de Dios, convirtiéndose en el núcleo del corazón de la humanidad en su calidad de Cristo.
Esta llamada, como miembro del corazón divino, vuelve a cada miembro de la humanidad e incluso a la humanidad misma. Este corazón, miembro vital y central de Dios, que lleva su Alma divina, fusiona con la corriente vital, la sangre del amor inteligente, toda la vida superior, expresiones del Espíritu Divino, y toda la vida inferior, soporte indispensable de la expresión de este Espíritu. El hombre individual corresponde a esta imagen divina, reuniendo en la unidad de su alma, a nivel del corazón, el espíritu y la materia de Dios.
Tratemos de comprender, en este contexto, la simplicidad de la noción de la Trinidad que atribuimos tanto a Dios como al hombre. La incompatibilidad de esta noción en el nivel de nuestra comprensión con la unidad de Dios, no es más que una proyección caduca de nuestra mente dual. Es precisa la simplicidad del espíritu de síntesis. Supone un discernimiento transparente y dinámico, fusionando ideas aparentemente incompatibles a causa de nuestro espíritu imperfecto que polariza, divide, que es estático y por lo tanto opaco. El espíritu de síntesis tiene la radiación de la roca cristalina, el dinamismo del cuarzo.
La unidad de Dios, Alá, Jehová, Brama, toma con su expresión creativa y nuestro acercamiento inteligente, una multitud de nociones y expresiones como la Trinidad y los tres Budas. La Trinidad es el recurso de la dualidad entre la voluntad del Espíritu divino del Padre y su expresión en la materia correspondiente y divina, esposa eterna y Madre del Padre. Es el recurso mediante el cual esta dualidad se fusiona en la unidad, puesto que es unidad. Esta unidad se expresa en la unidad del alma divina del hombre, el ser de amor, de la expresión de la creación divina, hijo de Dios, del Padre y de la Madre, a su imagen, con La que puede fusionarse conscientemente. La dualidad del hombre con Dios, Quien es de su propia naturaleza, la plantea con la unión de su propia Trinidad : la fusión de su personalidad material e inferior con su consciencia espiritual y superior en su alma, su esencia divina y creativa.
Con la fusión comienza la ascensión del alma hacia el alma universal de Dios, para alcanzar la unión, que es por supuesto y desde siempre, en la medida que el hombre expresa su amor, el equilibrio cada vez más perfecto entre espíritu y materia. 
Que tentación más grande la de imaginarnos un cielo, un Reino más allá de todo eso, como recompensa de una vida demasiado corta que nos libera de toda responsabilidad y de todo medio para avanzar en la justicia. Cuál es la razón de la existencia de esta tierra, si no es a su vez una piedra de construcción del Reino de Dios y un lugar de reencuentro universal de todos sus miembros. En la casa de Dios, existen muchas cámaras, de niveles de vida o unidades, pero no hay más que una sala de reunión universal, un corazón. La tierra tiene la posibilidad del reencuentro de los reinos físicos, incluso de más allá de la tierra, reinos etéricos, astrales, espirituales y divinos, todos vestidos del manto dinámico, creativo y divino, de la unidad profunda que es el amor inteligente dinámico y vivo de Dios.
La comprensión de estas reflexiones eliminará las barreras entre religiones. Conducirá nuestras aspiraciones a la realidad creativa de este mundo planetario como el medio actual más apropiado para expresar la vida de Dios en nosotros, Quien ha estado siempre en nuestra inconsciencia, pero Quien desde el inicio y por toda la eternidad, puede vivir en, con y mediante la consciencia despierta de nuestra alma divina. Así comprenderemos que la llamada a la elección es para toda la humanidad pero los elegidos primordialmente serán aquellos que elijan la apertura del espíritu hacia la fraternidad universal, clara y real fuera de abstracciones teóricas y estériles.
Las conmociones actuales son los signos de esta inevitable evolución, prevista y prometida, pero todavía no comprendida. Es la promesa, realizada a Adán, el Anciano de los Días, Sanat Kumara (salvator natus cum materia radiente) que podrá realizarse, un nuevo paraíso de unidad entre los hombres que viven en la unidad de espíritu con su consciencia divina. La verdad de la unidad espiritual y material cósmica y divina se expresa a través de hechos conmovedores, pero también a través de los cambios del progreso científico que alcanzan el misterio de la transformación, de la fusión y de la creación. Los agujeros negros son los transformadores que enlazan espíritu y materia, los intermedios de los niveles de fuerzas escalonadas hasta el infinito. De esta manera los cambios del sistema planetario y solar e incluso más allá se hacen necesarios y se revelarán de día en día.
Mientras tanto, debemos reflexionar sobre la extensión de estas reflexiones que nos han llegado en una región privilegiada de la tierra. La verdad exige transparencia comprensiva, la clarificación, mediante la purificación de las ideas y hechos pasados. La confesión y el perdón mutuos son las bases al igual que la reestructuración de nuestras relaciones fraternas y colegiadas, fijándolas sobre intercambios libres y mutuos de amor y sabiduría sin límites y en cambio no son admisibles con fines de poder o intereses ajenos.
Desconfiemos, el Cristo, el Bodisatva o el Buda, es Aquel que comparte, quien ve al Cristo, al Bodisatva o al Buda fraternal, en el otro,y quien da el soplo de amor y de comprensión universal. La cristalización, la concentración de esta cualidad en una persona sólo se dará verdaderamente, reconociblemente en la medida de la realización de esta fraternidad crística a través de sí mismo, y a través de la realización de esta verdad en el otro. Nos revelará que cada hombre es un hermano (o una hermana) y lleva en sí mismo la posibilidad de la luz de un bodisatva (ser de compasión) o un buda-avatar (ser salvador despierto). La luz es la fuerza de un maestro y un salvador. Permanezcamos pues a la escucha uno del otro. Despertémonos los unos a los otros dentro del respeto mutuo.
Con nuestros hermanos y nuestros semejantes debemos trabajar esta fusión fraternal de comprensión, creando una fuerza que no puede pasar desapercibida. Llama a todo ser humano, hijo (hija) de Dios. La luz con su simple lógica, ni fría, ni caliente, reconforta el corazón mediante la integración inteligente de la consciencia fraterna en la vida diaria, y nos mostrará el hermano (hermana) de amor divino que cada uno lleva dentro de sí, el hermano búdico y crístico del Buda y del Cristo, todos hijos fraternos de nuestro Padre Único.
Que de esta manera podamos asumir nuestra responsabilidad (respuesta-habilidad) en la construcción visible del Reino de Dios. Que cada uno pueda recibir la espada de la luz de la comprensión, de la luz de Nuestro Padre, nutriendo nuestra voluntad de paz a través del amor con sabiduría. Convirtámonos en soldados de la sabiduría.
Así como el Padre, debemos abrir nuestra casa a todos aquellos que quieren amar y buscan comprender. Debemos abrirnos las casas entre nosotros. Juntos, debemos pasearnos en la naturaleza para escuchar y recibir las leccciones (sonidos) del cielo y de la tierra. Con sus vibraciones dinámicas, nos traducen el sentido del diseño de la creación. Como un viento purificador y renovador de horizontes, debemos invadir nuestros corazones con un soplo de los unos a los otros para su plantación como un grano de amor, de comprensión y de sabiduría en los jardines de nuestros hogares y de nuestras almas, pero no en edificiones dogmáticas y estériles. 
Cada despertar es morir un poco. Y despertar alcanza a aquello que está profundamente anclado y oxidado en nosotros. Tal y como Juan Pablo II tuvo el coraje y la modestia de perdonar e ir a donde aquel que le ha ofendido en su vida, debemos hacernos con : el coraje de la espada de la voluntad de paz, el amor por la sabiduría, la luz santa del espíritu de comprensión de Nuestro Padre Común, Universal y Viviente.
Tal y como el Padre y vosotros, nosotros abrimos nuestra casa a todos aquellos que deseen en lo más profundo de su ser amar y comprender. Nos reunimos, meditamos, contemplamos, oramos e invocamos en el Espíritu del amor fraterno y universal.  
Que todos podamos beneficiarnos de este mensaje que nos ha llegado en este lugar privilegiado de la tierra. Todos estamos pues fraternalmente invitados en la paz divina del Cristo Búdico, el hijo de Dios. 


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