La parábola del árbol de la vida y el bosque
Mis muy queridos hermanos y hermanas
de mi corazón. Yo vengo a vosotros montado sobre las ondas trascendentes de las
nuevas energías. A todos os concierne. Cada uno de Vosotros lo siente de forma
diferente y por tanto reacciona de distinta manera, incluso de manera
contradictoria. Depende de vuestra comprensión de la Vida, de vuestras
experiencias y de vuestra vibración.
En la Tierra formáis parte de la
experiencia colectiva de un gran número de seres que tienen diferentes niveles
de evolución y de consciencia. Cada uno ha recibido un lugar diferente en el
universo, como las estrellas.
Muchos de entre Vosotros no reconocen
su lugar, porque únicamente ven la vida en su conjunto en dos niveles : el
alto y el bajo, el vertical y el horizontal, el mundo abstracto del espíritu y
el mundo concreto de la materia. Además, Vosotros vivís y veis estos niveles
como totalmente separados e incompatibles. Todavía no veis la escalera con los
diversos peldaños que unen el conjunto. No veis la fuerza del Principio que
todo lo dinamiza porque estáis
insuficientemente conectados con el dinamismo de vuestra propia alma. Ella es el potencial particular del Principio
Universal: el Alma única.